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La Mañana

Cómo nos va a cambiar la vida el nuevo Código Civil

Desde mañana, reglas diferentes para nacer, casarse y tener hijos.

NEUQUÉN 
Mañana cambiarán muchas reglas de juego en la vida cotidiana. Ya nada será igual ante la ley: nacer, casarse, tener hijos e incluso morir. Es que entra en vigor el nuevo Código Civil de la Nación, que es a la vida privada lo que la Constitución Nacional es a la pública, según las palabras de su ideólogo, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
La nueva ley trae cambios muy concretos, por ejemplo en la vida familiar: la fidelidad desaparece como deber conyugal y la infidelidad, como causal de divorcio. Las personas que se casen podrán elegir si desean vivir juntas y si comparten sus bienes. Quienes decidan no contraer matrimonio podrán firmar un acuerdo de convivencia y determinar qué le toca a cada uno si se separan. Para divorciarse alcanzará con que uno de los dos quiera, y desaparecen las causas y los plazos. A los hijos hay que escucharlos, tanto en procesos judiciales como en decisiones cotidianas; por ejemplo, para salir del país con un hijo mayor de 13 años no alcanza con que viajen los dos padres, sino que además habrá que preguntarle al chico si quiere salir del país, lo mismo que antes de hacerle una práctica médica. 
El Código anterior, que rigió por 144 años, reflejaba otro tipo de sociedad, que respondía a un único modelo de familia y a una forma más vertical de relaciones. Había quedado obsoleto.
Por eso, hace cinco años, por iniciativa del gobierno nacional, se convocó a una comisión de 100 juristas, coordinados por Lorenzetti, por la jueza de la Corte Suprema Elena Highton de Nolasco y por la ex miembro del supremo tribunal mendocino, Aída Kemelmajer de Carlucci. Luego de un año de discusiones, elaboraron un anteproyecto que en 2012 entregaron al Gobierno, que tras hacerle una serie de modificaciones, lo envió al Congreso de la Nación. Fue sometido a más de 15 audiencias públicas en todo el país, en las que se recibieron más de 1200 ponencias de referentes que quisieron opinar sobre los cambios que se venían. Sin embargo, según denuncia el diputado de PRO Pablo Tonelli, que trabajó de cerca el proyecto, “el aporte de la ciudadanía en las audiencias públicas fue desoído. No se tradujo en ningún cambio concreto en el texto del Código”. Dos años y medio más tarde el Congreso lo convirtió en ley.
Según el nuevo Código, la  vida comienza desde la concepción, dentro o fuera del seno materno. Se eliminó el término “útero”. También se establece que “si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió”.
Al inscribir a un hijo, los padres pueden ponerle hasta tres nombres. Y todos los hijos de una misma pareja deben llevar el mismo apellido o la integración compuesta de apellidos que lleva el primer hijo.
Al casarse se puede optar por compartir o no los bienes. La decisión se puede modificar una vez al año y debe certificarse ante escribano. Y una persona casada o en unión convivencial no podrá vender ni alquilar la vivienda familiar sin el acuerdo de su cónyuge o pareja.

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