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La Mañana

Escrache y relatos de la estafa gitana en la venta de autos

Las víctimas se encadenaron en una de las casas. La Policía debió intervenir.

NEUQUÉN
Exhibir a los estafadores era la consigna. Mediante el grupo de Facebook “Costich, gitano estafador de Neuquen”, un grupo de damnificados se autoconvocó en una casa de calle Primeros Pobladores al 1285 de Neuquén capital.
Frente a la vivienda de tejas con un suntuoso exterior, que ocupa casi media manzana y que en sus amplios patios amontona más de 30 autos de diferentes modelos y marcas, media docena de estafados colgaron sábanas con leyendas escritas en aerosol.
En cada pancarta improvisada se pedía la devolución de montos de dinero y se denunciaba a los integrantes de la familia sindicados como estafadores.
Dos mujeres se encadenaron a las rejas que dan a la calle Primeros Pobladores para exigir la aparición de los gitanos, que el martes fueron demorados en una serie de allanamientos derivados de las denuncias “de mas de 300 estafados”, según aseguró Jorge Gass, uno de los promotores de la medida.
Dos patrulleros y media docena de efectivos custodiaban a los manifestantes, por temor a una reacción violenta de los habitantes de la enorme casa gitana.
Varios autos que pasaban por la calle apoyaron la medida con estruendosos bocinazos, mientras desde vehículos estratégicamente estacionados, integrantes de la familia Costich, según identificaron los encadenados, transmitían vía celular los acontecimientos.
“Somos pocos porque la gente tiene miedo”, dijo Zulma, una de las víctimas que participó del escrache, que al igual que el resto de los presentes se animó a saltar el cerco del miedo impuesto a fuerza de amenazas.
Todos los presentes denunciaron haber sido “apretados” con armas de fuego y recibido amenazas a ellos y sus familiares y amedrentamientos, que incluyeron rondas durante la madrugada y llamados telefónicos para evitar que las estafas se tradujesen en denuncias judiciales, que algunos se animaron a radicar.

Todos libres
Ayer al mediodía se conoció que los nueve gitanos detenidos el miércoles, en los tres allanamientos  realizados por el Departamento de Delitos, recuperaron la libertad.
Había tres gitanos complicados directamente en cuatro casos de estafas, por un monto global que ronda los 123 mil pesos. Pero tras informar y observar las pruebas firmes que se tenían, la fiscalía resolvió formular cargos a uno solo de los implicados.
Claudio Esteban Gustavo fue acusado de estafa, pero no se solicitó la prisión preventiva por el tipo de delito.
De todas formas, el fiscal Silva pidió una medida judicial para garantizar que no se fugue de la provincia. “Todos los lunes de 8 a 10 deberá presentarse en la sede de Ejecución Penal y firmar una planilla”, confió una fuente del caso.
La maniobra en la que está comprometido Claudio Esteban Gustavo es la venta de un VW Fox.
El auto se ofreció a 100 mil pesos a una mujer que pagó en dos cuotas unos 80 mil pesos. Después iniciaron maniobras dilatorias, por lo que la mujer pidió que le firmaran un pagaré, cosa que consiguió. No obstante, nunca le devolvieron el dinero, y en una ocasión los familiares del gitano le pidieron que entregara el pagaré con la promesa de pagarlo al día siguiente. Ni bien lo entregó, con un arma la obligaron a retirarse del lugar.

“Si no te dan el auto enseguida, te cagan”

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Jorge Gass, el más locuaz de los estafados que escracharon la casa de la familia Costich, relató que el 24 de noviembre del año pasado vio estacionado un Renault Megane 2006 que estaba en venta.
“A los dos días vine a averiguar y comencé la negociación para comprarlo”, dijo.
Entregó una seña de 5 mil pesos y mil dólares. El trato incluía la entrega de su Renault Laguna 2008 con problemas mecánicos, tasado en 35 mil pesos, y 42 mil pesos en efectivo por la diferencia.
“Investigué y el auto estaba en orden, por eso me confié”, relató Jorge, al que le cuesta superar la bronca del manoseo que sufrió.
A los dos días de dejar la seña, los gitanos lo convocaron para que llevara el resto del dinero y se fuera en el auto nuevo.
“Cuando llegué me dijeron que el contador no había llegado con el 08, pero que les dejara la plata y que ellos me llevaban el auto”. Ahí desconfió y se negó a entregar su auto y la diferencia en dinero. “Y ahí me cagaron. Si no te dan el auto enseguida, te cagan”, advirtió.
Al igual que en otros casos, Jorge fue visitado en su casa en Allen por una camioneta Toyota dominio LBO 863 con cuatro personas armadas a bordo, incluida una mujer. “Hice la denuncia en la comisaría, pero si no los agarran con las armas, no pasa nada”, añadió.
Jorge fue estafado en 17 mil pesos gracias a que advirtió la maniobra. Dentro de la pérdida que sufrió, agradece no haber entregado el resto del dinero, sino habría perdido más de 50 mil pesos.

“Recibimos amenazas al denunciar”

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Zulma Rodríguez y su marido perdieron 100 mil pesos a manos de Miguel Costich y Yolanda Cristo, integrantes de una familia gitana a la que quisieron comprarle una camioneta Chery Tiggo que tenían a la venta. La estafa, que se tramita en la Justicia cipoleña, fue en agosto de 2014 cuando probaron la camioneta y entregaron 50 mil pesos en cheques y un monto similar en efectivo. “A los cheques los vendieron a las 48 horas en la financiera Vicente de Neuquén”, denunció Zulma.
“Nos dieron mil vueltas y nunca nos daban la camioneta, y cuando se enteraron de que íbamos a hacer la denuncia comenzaron las amenazas”, dijo la mujer encadenada al  portón de la casa de los Costich.
Hecha la denuncia, las amenazas se hicieron realidad. “Una vez fueron armados a mi casa en Cipolletti; a partir de eso y del tenor de amenazas telefónicas como ‘vamos a hacer cagar a tu familia’, nos pusieron custodia policial durante 15 días”, detalló Zulma.
“Nos equivocamos nosotros, antes habíamos comprado a otro gitano y fue muy honesto. Pensamos que este atorrante era hijo y nos estafó”, agregó.
“Ellos han trabajado con mi plata, tuve que pagar abogados y ellos van a tener que hacerse cargo de la deuda y los gastos”, concluyó la mujer, que ayer aseguró que ya no les tiene miedo y que espera que la Justicia los encarcele.

“Nos amenazaron con una escopeta”

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Los estafaron en 80 mil pesos y los agredieron en dos oportunidades, la última con armas de fuego.
Guadalupe se encadenó al portón de la casa de los Costich, pero no por un reclamo contra esa familia sino contra uno de los detenidos el martes: Claudio Esteban.
“Con mi novio quisimos comprar un Volkswagen Fox cinco puertas modelo 2012 que estaba a la venta en el sitio web OLX, y nos contactamos con el vendedor”, relató.
Ese día le dejaron una seña de mil pesos y quedaron en regresar al día siguiente con 79 mil pesos en efectivo y firmar dos pagarés como parte de pago.
“Hicimos los papeles de compraventa, contó el dinero y lo guardó y nos pidió que lo esperáramos, que iba a Rentas a certificar la operación. A la hora vuelve sin los papeles y dijo que se los habían retenido y que se los entregarían al día siguiente”, recordó Guadalupe, y agregó: “Nos empezó a bicicletear y los papeles no aparecieron mas”.
Luego, una supuesta enfermedad y el fallecimiento de su suegro alejó a Claudio Esteban de la zona. “Pero un día lo veo y no nos quería atender el teléfono. Eso sumado a que quiso venderles, por otra vía, el auto a mi viejo y a mi tío, me hizo caer en que nos había cagado”.
Cuando logramos contactarnos nos dijo que nos iba a devolver el dinero en una casa de Independencia al 2000, y ahí amenazaron a mi viejo con una escopeta en el pecho y luego, cuando escapó, lo persiguieron en unas camionetas Ford Ranger blancas”, relató. En realidad este fue el último amedrentamiento. Hubo uno previo con palos y herramientas en la esquina de Winter y Libertad, donde el martes se produjeron uno de los allanamientos y la detención de Claudio Esteban.
Guadalupe, por recomendación de otros damnificados por estafas, no quiso radicar la denuncia en la Comisaría Primera, sobre la que sospechan que existe connivencia con los gitanos, y lo hizo en la Comisaría Segunda. Destacó la actuación de los efectivos de Delitos Económicos, que actuaron con celeridad y no dejaron caer la causa. Ella, al igual que el resto, sólo espera recuperar su dinero.

“Donde los vea, les voy a ir a cobrar”

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“Mi mujer y yo somos viejos, queríamos invertir en algo y vimos una camioneta Nissan Frontier hermosa”, recordó Alfredo Mercado, quien llegó a la casa de calle Independencia al 1285 de Neuquén capital cuando vio que se había iniciado un escrache. “No sabía que se hacía esto. Pasé y me sumé”, aclaró. Su idea es poder recuperar parte del dinero que le quedaron debiendo.
“Yo puse 60.000 pesos e hicimos negocio, pero cuando fuimos a hacer la transferencia saltó que la camioneta estaba a nombre de otro hermano y no pudimos hacer nada”. Alfredo no se pudo llevar el vehículo, pero pudo recuperar 30 mil pesos de forma casi inmediata. Luego comenzó su peregrinar para tratar de recuperar el resto.
“De todo lo que me debían sólo me dieron 7 mil pesos y para eso me hicieron dar ochenta mil vueltas. La última vez que los vi me calenté mucho y los traté mal, entonces me sacaron una escopeta y una caja de cartuchos y me dijeron que tenían armas”, aseguró el hombre que quiere recuperar su plata.
“Yo, donde los vea, les voy a ir a cobrar”, concluyó otro de los tantos estafados.

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