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La Mañana

Negligencia criminal

Pablo Montanaro.

Para quienes somos padres y asumimos esa condición como una responsabilidad superior a cualquier otra en la vida, resulta difícil, mejor dicho, inconcebible imaginarse a un adulto abandonar a su hijo de 3 años en un lugar incierto para irse a comer un asado con amigos y que luego ese pequeño sea visto indefenso y temeroso caminando por la Ruta 22 a las 5 de la mañana con un grado bajo cero.
“Tenemos que empezar a preguntarnos de verdad qué lugar ocupan los chicos en la vida cotidiana de las familias”, dijo ayer la defensora del Niño y del Adolescente, Nara Osés. Su afirmación sonó más que un llamado de atención. Fue una interpelación a la inconsciencia de los padres que exponen a sus hijos a una situación de máxima vulnerabilidad con el afán de no perder su autonomía que, en este caso particular, ha sido pasar unas horas divirtiéndose con amigos.
En esto nada tiene que ver la clase social a la que se pertenezca sino la irresponsabilidad. Los especialistas hablan de negligencia a la hora de explicar este maltrato hacia un menor, ya sea cuando los dejan encerrados en el auto mientras van al supermercado, al casino o a trabajar. En este caso, esta negligencia entendida como una falla en el cuidado básico del chico (sea por ignorancia, acción u omisión) pudo haber terminado en una tragedia. La mayoría de estas negligencias tienen que ver con la absoluta (ir)responsabilidad de los adultos presos de las adicciones, desde la ludopatía hasta las drogas. Esperemos que la medida que tome hoy la defensora del Niño y del Adolescente respecto del cuidado futuro que tendrá el chico sea la más adecuada para evitar que esa huella profunda de abandono sufrida no impacte en su desarrollo.

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