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La Mañana

Una guerra entre dos familias terminó con las casas incendiadas

Fue en Costa de Barda, Vista Alegre.

Centenario
Por la irracionalidad de los adultos, varios menores quedaron en la calle, sin casa. El drama de dos familias enemistadas desde hace tiempo terminó en el incendio de dos viviendas precarias en la zona de Costa de Barda, en la localidad de Vista Alegre.
Se trata de las familias Quirulef y Anabalón, que vivían de una manera muy precaria en esa zona casi olvidada.
Desde hace unos meses en las cabezas de sus integrantes aparecieron broncas difíciles de parar. Los vecinos y la Policía cuentan que ya no saben porqué se pelean.
Tanto es así que el jueves pasado, un menor de 15 años recibió un disparo por la espalda y la situación de agravó en una escalada de violencia que despertó el enojo de todo el vecindario, ubicado en la vera oeste de la Ruta 7.
Por el caso, Esteban Anabalon, de 54 años, fue detenido el sábado. Sin embargo, fue liberado a las pocas horas, con la promesa de que “iba a arreglar” las viejas rencillas que tenía con Quirulef.
Pero el pacto no duró mucho tiempo.
Según indicaron desde Bomberos Voluntarios de Centenario, el primer incendio ocurrió el sábado alrededor de las 22, en la vivienda de Quirulef. Hubo una discusión previa y reproches por la denuncia que llevó tras las rejas a Anabalón.
Los bomberos alcanzaron a salvar a cuatro menores, una mujer embarazada y varias garrafas de la vivienda, algo que evitó que la precaria casilla explotara. Pero horas más tarde, alrededor de las 4, la venganza no tardó en llegar.
El fuego alcanzó la casa vecina del propio Anabalón, y en cuestión de minutos se quedaron las dos familias en la calle y sin casa.
Por momentos hubo tensión entre los vecinos, que quedaron sin luz porque el fuego alcanzó el tendido eléctrico y quedaron los cables en el suelo.
El caso lo lleva el fiscal Ignacio Di Maggio, quien había dispuesto una audiencia de mediación la semana pasada, debido a la situación en la que viven las familias. Pero los integrantes no entraron en razón y además de seguir enemistados, ahora se quedaron sin vivienda.
Desde la Policía también se intentó que las dos familias depusieran su actitud y llegaran a un acuerdo para que vuelva la tranquilidad. También desde Acción Social. Sin embargo, la crudeza de la violencia hace -según explican- que nieguen toda ayuda ofrecida.

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