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La Mañana

Barbijos contra el oportunismo

Rodrigo Conti

Las cenizas disminuyen la visión, es cierto, pero la sociedad siempre se las ingenia para evitar caer en una mirada miope de la realidad. Y la erupción del volcán, a pocas horas de las elecciones a gobernador, dejó traslucir cierta disposición a coquetear con el oportunismo. Si bien la naturaleza impuso incógnitas sobre el normal desarrollo de los comicios, también quedó flotando en el aire la sospecha sobre posiciones interesadas.
Condicionados por la fluctuante reputación de la política, resulta demasiado ingenuo no buscar detrás de cada palabra los beneficios electorales de unos y otros, sin distinción. Los que quieren seguir en el Gobierno y los que sueñan con arrebatarlo, cueste lo que cueste... La calma del Calbuco y la ayuda de la naturaleza contribuyeron ayer a la normalización de una escena que amagaba espantosa. La situación –al momento de escribir estas líneas, anoche– parece muy diferente del evento de hace cuatro años, cuando Neuquén quedó paralizada y en estado de shock. Esta vez, hubo alerta por ese trauma reciente. Y después, prudencia. Al fin y al cabo, todos sabemos que aquí manda la naturaleza, que es capaz de poner todo patas para arriba en un abrir y cerrar de ojos.
“En estos momentos la preocupación y la prioridad de los neuquinos es otra. La prioridad es atender a los miles que están pasando por una situación complicada”, disparó uno de los postulantes. Otro, en sintonía, añadió: “No están dadas las condiciones para mantener las elecciones”. El representante de otra fuerza se sumó con la idea de que “están restringidas las condiciones plenas de libertad de movimientos”. La coincidencia de todos es curiosamente contrastante con la decisión del gobierno de despejar tan incómodo interrogante, también bajo el argumento de que la “prioridad es ayudar a la gente”. Aleluya, todos a disposición del pueblo. Sin lentes para ver a través de las cenizas, siempre vale la pena tener barbijos, de esos buenos contra todo mal. Pero atentos, tampoco conviene pagar por ellos lo que no valen... Les tengo una mala noticia: también hay oportunistas de carne y hueso.

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