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La Mañana

En su vuelta, el Rojo le ganó otra vez a Racing

La Academia arrancó arriba en el marcador y parecía fiesta celeste y blanca. Sin embargo, en dos minutos Independiente lo dio vuelta y se quedó con un nuevo clásico. Milito salió lesionado y el equipo lo sintió.

Buenos Aires
En la vuelta del clásico de Avellaneda luego de un año y medio, Independiente y Racing regalaron un electrizante encuentro en el que el Rojo se terminó imponiendo por 2 a 1 como local. Pese a no jugar un buen partido, el equipo de Jorge Almirón demostró carácter para remontar el resultado luego del gol tempranero de la visita y, de este modo, alcanzó la línea de La Academia en la tabla de posiciones. Con la victoria el Rojo estiró la paternidad sobre su histórico rival, quien sigue sin poder imponerse en el Libertadores de América desde el 2001.  
Diego Milito había abierto la cuenta para el conjunto visitante, pero en dos minutos el Rojo lo dio vuelta con los tantos de Sebastián Penco y Federico Mancuello a los 24 y 26 minutos de la primera mitad.
El equipo de Diego Cocca arrancó con mayor ímpetu el partido y a los 13 minutos se puso al frente con el gol de Milito. Ricardo Centurión la filtró ante el ineficaz achique de la defensa y el Príncipe, habilitado, definió bien ante el Ruso Rodríguez.  
El panorama pintaba oscuro para el local. No podía hacer pie en su estadio y, sin embargo, cuando asomaba el segundo de la visita apareció Penco para poner la igualdad. El delantero entró solo por el segundo palo y, tras un buen centro del Rolfi Montenegro la empujó para vencer a Saja. Pero la pesadilla del equipo albiceleste no terminaría ahí, ya que solo dos minutos más tarde Mancuello se encargaría de poner el segundo. El volante, figura del Rojo, llegó antes que el “1” visitante a disputar la pelota (en lo que pareció jugada peligrosa) y la mandó al fondo.
Las malas para Cocca continuaron, ya que antes del cierre del primer tiempo Milito se iría reemplazado por lesión por Gustavo Bou.
En el complemento, Racing se hizo dueño de la pelota, aunque careció de eficacia. El Rojo se retrasó, apostó a la contra y el partido se hizo más luchado que jugado. Las faltas abundaron ante un Fernando Rapalini de mal desempeño.
El local se hizo fuerte vía pelota parada y llegó con peligro en tres oportunidades consecutivas. Primero Mancuello reventó el travesaño, y luego con dos buenos cabezazos de Cuesta y Tula que tapó Saja. Racing, nervioso y apresurado, aspiró a meter pelotas al área que ninguno de sus delanteros pudo resolver de buena forma.
En un estadio repleto, el juez marcó el final y el Rojo tuvo su merecida fiesta.

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