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La Mañana

La vida religiosa se mantiene "oxigenada por la devoción popular"

Así lo sostuvo el rector de la Catedral Metropolitana, Alejandro Russo, al reflexionar sobre el sentido y matices de la Semana Santa.

Buenos Aires (Telam).- El rector de la Catedral Metropolitana, Alejandro Russo, consideró que "la devoción popular" que se manifiesta con intensidad estos días "es lo que mantiene oxigenada la vida religiosa", al reflexionar sobre el sentido y los matices regionales de los ritos de la Semana Santa cuyo período central se inicia mañana, Jueves Santo.

"Si bien en Europa, que fue la cuna de la devoción popular en torno a las fiestas litúrgicas, esta ha quedado como atemperada, acá es al revés: la devoción popular es muy fuerte y es lo que mantiene oxigenada la vida religiosa. También lo que la hace natural, porque permite llevar a la religión a la vida de todos los días", dijo Russo.

El sacerdote recordó que las celebraciones de Semana Santa constituyen "la memoria actualizada de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús" que ritos como el lavado de pies la noche del jueves o el Vía Crucis del viernes "van desarrollando lentamente para que nosotros la vayamos asimilando".

El cura recordó también el sentido pascual de "renacimiento" que el católico debe experimentar cada año como una nueva oportunidad para ingresar a una vida de gracia.
"Dios, que entiende el desgaste nuestro de todo el año, nos da la posibilidad de empezar de vuelta, porque con Cristo resucitamos también nosotros, renacemos a la vida de Dios.

Es volver a nacer con el envión de la gracia de Dios, que es como que si nos diera oxígeno para seguir", sostuvo.

Russo recordó que esta creencia en el "retorno al origen" gracias al sacrificio de Jesús en la cruz, tiene puntos de contacto con antiguos ritos religiosos precristianos que se celebraban para la misma época del año en Europa.

"Las antiguas religiones paganas tenían una vez al año lo que llamaban ritos primordiales, que era un retorno al origen que rejuvenecía el mundo y era un antecedente de la Pascua, que también está pensada en la primavera europea y también es un volver al inicio para el cristiano que es como si volviera a bautizarse", dijo.

Mañana Jueves Santo se recuerda la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, durante la cual les lavó los pies dando un ejemplo de servicialidad, además de instituir la Eucarístia y el Sacerdocio. La Misa de la Cena del Señor, que en la Catedral Metropolitana celebrará a las 19 el Vicario General, recrea esto y en el transcurso de ella el sacerdote le lava los pies a 12 personas.

Después de la misa se instituye el denominado "altar de la reserva" o "monumento" que es nada más ni nada menos que la exposición del santísimo sacramento para su adoración, el cual es previamente extraído del sagrario para ser colocado en otro especial y más accesible, donde quedará hasta el día siguiente a las 3 de la tarde, cuando se desarrolla la Celebración de la Pasión.

"Como expresión de devoción popular muy importante que viene de la colonia, el jueves a la nochecita la gente visita 7 iglesias para venerar en cada una de ellas al santísimo sacramento y una forma de entender a qué hace referencia este número 7 es relacionarlo con los 7 momentos de Jesús antes de la pasión, pero fue algo que acuñó la tradición", explicó.

El viernes santo, día en que se conmemora la Pasión de Jesús con una celebración especial a las 15 -hora en que murió Jesús-, y por la tarde se desarrolla un Vía Crucis por las calles que puede o no ser de los denominados "vivientes", es decir, representado con actores.

Además, como el resto de los viernes de Cuaresma, el Viernes Santo es día de abstinencia de carne -de allí la costumbre de comer pescado este día-, a lo que se le suma una indicación de ayuno (comer menos) que es menos practicada que la anterior.

El Sábado Santo o Sábado de Gloria es un día de recogimiento en el que se recuerda el día que pasó entre la muerte y la resurrección, que concluye anticipadamente por la noche cuando tiene lugar la celebración de la vigilia pascual. En el transcurso de ésta se acostumbra bendecir el agua y el fuego nuevo que servirán para celebrar la Pascua.

Y al día siguiente se conmemora el episodio bíblico más importante para la cristiandad, la resurrección de Jesús, con una misa que es "la más importante del año", la solemne misa pascual que en la Catedral Metropolitana se celebrará a las 11,30

"La Pascua nos habla del misterio de Jesús, de la misericordia, del perdón, de la relación con Dios a la que nos invita a volver", concluyó Russo

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