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La Mañana

La venganza fue terrible: River, capo del Súper

Con un exquisito gol de Pisculichi, el Millo superó 1 a 0 a Boca y se metió en la final de la Copa Sudamericana. Gigliotti falló un penal.

Buenos Aires
River marcó uno de sus capítulos más épicos en la historia moderna de los Superclásicos y con una pincelada de Pisculichi, a los 18 min. del primer tiempo, derrotó 1 a 0 a Boca y se metió en la final de la Copa Sudamericana. El equipo de Marcelo Gallardo fue muy superior en el complemento y no mereció sufrir hasta el final porque contó con situaciones claras ante un Xeneize que no pateó al arco esos 45 minutos. En el primer tiempo, Barovero fue el gran héroe atajando un penal a los 2 minutos y tapando pelotas claves. La final, que comienza el miércoles, será ante Atlético Nacional de Colombia.
Teo Gutiérrez todavía no se había atado los botines, Barovero se acomodaba los guantes, Orión del otro lado aguantaba los insultos de los hinchas riverplatenses. El encuentro no había comenzado y Boca ya tenía un penal a favor. A los 15 segundos Rojas quiso rechazar el borde del área pero le pegó un patadón a Meli –sin verlo– y Delfino no dudó: penal y el Monumental paralizado. Ni los de Boca parecían creer lo que estaba pasando. Gigliotti tuvo en sus pies el valioso gol de visitante, pero Trapito se vistió de héroe y a mano cambiada le devolvió el corazón a las 65 mil almas que coparon el estadio.
Al Millo le costó acomodarse tras el penal y tardó en reaccionar. A los 12 min. Gigliotti, que tuvo un primer tiempo para el olvido, volvió a perder con el “1”, que en el área chica se quedó con su remate  en soledad.
Boca había tenido dos chances muy claras, pero Trapito marcó territorio. Y como dicen los manuales, en la primera que tuvo La Banda la mandó a guardar. Sánchez tiró a las nubes una buena jugada que arrancó por izquierda y así llegó el gol. A los 18 min., en una jugada sucia, Vangioni buscó el arco pero le salió un buscapié y Pisculichi, el jugador más técnico de los 22 en la cancha, la puso en un rincón: golazo y abrazo emocionante con Gallardo.
A los 30 min. llegó la polémica de la noche. A Gigliotti le cobraron un fuera de juego inexistente cuando “9” marcaba. River, por la derecha, comenzó hacer daño con Piscu y Sánchez y agarró confianza.
El complementó comenzó muy friccionado y recién a los 8 min. Teo, siempre importante, intentó pero su remate se fue ancho. Por derecha seguía presionando River y a los 10 min. tuvo una muy clara, pero el colombiano no pudo definir. El partido se empezó a picar en la mitad y el clásico terminó de armarse, con el color de las tribunas y el peso de la historia copera para el local. Sánchez volvió a ser un tractor por la derecha y fue lo más claro del complemento, pero falló en la definición, ya que tuvo al menos tres situaciones para liquidar el partido pero siempre definió mal.
A Boca se lo vio partido en todo el complemento y no pateó al arco en 50 minutos. River, con todo el peso encima, cerró el partido cerca de Orión, para la locura y festejo final.

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