El clima en Neuquén

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La Mañana

Un fastidio que fastidia seguido

Pablo Truffa

Volvió la lluvia y en media hora quedaron al descubierto, otra vez, las enormes falencias de la ciudad. En minutos, el centro pareció ser arrebatado por el Limay y muchos barrios terminaron anegados, literalmente bajo agua. Si bien esta situación no es novedad, la repetición fastidia. E irrita aún más porque muchas calles se tornan intransitables, algo que padecemos tanto los días de temporal como cuando no cae una gota durante seis meses. Pero es lógico: en días como los de ayer todo se potencia y salen a flote las miserias más tapadas. Cansa ver cómo “cinco gotas locas” complican la ciudad. Cansa ver cómo “cinco gotas locas” inundan calles, hacen reventar las cloacas, tapan bocas de tormenta, dejan sin colectivos a laburantes y a estudiantes, acumulan basura y hasta son suficientes como para suspender clases. Pero también cansa escuchar cómo el Municipio y el EPAS se cruzan en reiteradas ocasiones recriminándose responsabilidades que, más allá de a quién le corresponda, perjudican al neuquino en general. Neuquino que sufre por el agua, pero también por la ausencia de una planificación seria que se viene reclamando desde hace años en una capital que crece descontroladamente sin fronteras. Hoy es hora de sentarse a trabajar en soluciones concretas, porque la próxima lluvia no será diferente de las anteriores: caerá de arriba hacia abajo, mojará y en algún momento parará. Pero quienes están en áreas gubernamentales deben tener en claro que una nueva gota no limpiará las mezquindades ni borrará lo que no se hizo.

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