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La Mañana

A la “Biblia” le falta un capítulo

Alfredo Enrique

Pechi Quiroga no parece muy decidido a sostener la fidelidad a aquel compendio de objetivos a los que se comprometió llevar a buen fin antes de terminar su gestión municipal. La “Biblia” quiroguista necesitaría en todo caso un anexo -se supone a continuación del Apocalipsis de Juan de Patmos- que añada capítulos nuevos como el polémico convenio con Cataret para la revisión técnica obligatoria; o ahora la privatización de la administración tributaria.
Lejos de un fin espiritual, la nueva iniciativa del intendente evidencia una exacerbada (por no decir llamativa) necesidad recaudatoria, aunque ello suponga jugar al límite de las incumbencias del Estado municipal.
Nunca como hasta ahora, una administración local abrió tanto el juego a los privados como Quiroga. Y tampoco nadie, como hasta ahora, fue capaz de avanzar a tal punto de condicionar con sus decisiones a las intendencias que vendrán a partir de 2015. Es remarcable el hecho de sumar materia gris para que crezcan los ingresos públicos si tal cosa implica devolverlos en obras. ¿Pero cuál es la justificación de avanzar en una licitación como esta en uno de los poquísimos municipios de la provincia que no arrastra déficit fiscal, o que no corre riesgos de no poder afrontar el pago de salarios?
¿Tan lejos está la Universidad del Comahue -una institución pública de activa participación en la prestación de servicios a la ciudad- de brindar “colaboración” como la que Quiroga busca con empresas privadas?
Pechi viene de lanzar su candidatura a gobernador, la apuesta más esquiva de su larga carrera política. ¿Será este el sesgo de su gestión si consigue su objetivo? Tal vez conviene ir tomando nota ya de algunos detalles.

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