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“Es un momento lindo, de renovación sonora”

Brenda Martin. Con músicos neuquinos invitados, Eruca Sativa llega hoy a las 22 al Cine Teatro Español con Huellas digitales, show electroacústico que incluye vientos y cuerdas.

Neuquén
Eruca Sativa se encuentra transitando uno de sus mejores momentos de grandiosidad. Luego de colmar dos teatros Ópera –en agosto pasado- con un sutil show electroacústico, el power trío conformado por Lula Bertoldi (voz y guitarra), Martín Pedernera (batería) y Brenda Martin (bajo) desembarcará hoy en el Cine Teatro Español, para continuar navegando por Huellas Digitales, show recién editado en DVD que sirve para cerrar la trilogía compuesta por La carne (2008), Es (2010) y Blanco (2012).  En él, la banda cordobesa hace una revisión del pasado pero con miras al futuro, incorporando nuevos sonidos. Antes del concierto la bajista Brenda Martín habló del presente de Eruca.

El show de hoy ¿se aproxima al del Ópera?
Sí, va a ser especial porque vamos a tocar con músicos de Neuquén y va a ser una situación muy linda porque va a ser la primera vez que la haremos. Vamos a estar presentando Huellas digitales, que es un set electroacústico que el pasado jueves tuvo su lanzamiento en DVD. Hemos visto el Teatro Español por internet y está muy bien puesto, además de ser un honor tocar en esa sala.

¿Hubo contacto previo con los músicos neuquinos ?
Nicolás Marín está a cargo de los arreglos de cuerdas, vientos y él fue quien se puso en contacto con los músicos. Nosotros nos sumaremos en la prueba de sonido.

Huellas Digitales funciona como un cierre de una etapa, ¿es el gran quiebre para Eruca?
Totalmente. Nosotros mismos nos sorprendimos porque nos propusimos reversionar nuestras canciones para un show en vivo que fuera distinto al que hacíamos todos los fines de semana. Desde principio de año trabajamos mucho en el ensayo. Cuando llegamos al teatro Ópera nos dimos cuenta de que había un antes y un después. Tuvimos la experiencia de trabajar con sonidos nuevos e integrarnos a otros músicos, algo que nunca habíamos hecho.

¿Es la primera vez que experimentan con cuerdas?
Sí. De todas formas, en el disco Blanco incorporamos una sección chiquita y la trabajamos en estudio. Tomamos un violín y un cello que los pusimos en “Tanto tiempo”, “Antes que vuelvas a caer” y “El balcón”. Esos arreglos los hicimos nosotros pero fue algo mucho más sencillo. Nos gustó mucho como se amalgamaba la sonoridad, por eso para Huellas digitales nos imaginamos la situación del teatro para incorporarlas.

En el concierto tomás el contrabajo, ¿cómo fue la relación?
Se me complicó para traerlo pero la experiencia fue buenísima. Cuando comenzamos a idear el show fue como que empecé a buscar un lugar incómodo con respecto al instrumento. Era tratar de entender, en lo personal, algo que no había hecho nunca. Fue todo un proceso en el que me puse a estudiar. Tocar el tiple fue otra linda experiencia –nunca lo había tocado- porque es un instrumento muy distinto del cual me enamoré y me hace tocar de otra forma. Canta de otra manera y salen otras cosas.

Con respecto a la postura y forma de tocar, ¿tuviste alguna referencia?
Primero lo agarré y lo toqué. Después me puse a ver algún video de Esperanza Spalding (cantante, contrabajista y bajista de jazz) y otros músicos para observar cómo tomaban el contrabajo. Lo tomé como un juego. Son puertas que ya quedan abiertas para hacer cosas nuevas en un futuro.

¿Creés que la banda ya logró una personalidad definida?
Creo que sí. Por ahí la personalidad no tiene que ver con el carácter. Es como una persona que tiene esa búsqueda de cambios y crecimientos. Después, un disco puede ser distinto a otro pero la esencia es de nosotros tres y ese sonido va ser el sonido de Eruca.

¿Cómo llevan este momento de flashes y más exposición?
Como grupo tratamos de cuidar la intimidad. Hay momentos que son solo nuestros .Tratamos de conservarlos y de respetarlo nosotros. Eso no nos ha cambiado nada. En lo personal, trato de no exponer nada de mi vida cotidiana para poder seguir conservando mis tiempos. Por otro lado, valoro mucho el cariño de cada persona que se acerca a saludar. Por ahí se hace como mucho, pero hay que tener los pies en la tierra y saber hasta dónde te puede afectar para bien o para mal. Por ahí los halagos extremos no son buenos. Está bueno estar en el centro y saber quién es uno.

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