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La Mañana

La historia le sonríe al Vasco

Se enfrentaron cinco veces en el clásico: tres ganó Arruabarrena, una Gallardo. Será su primer Súper como técnicos.

Buenos Aires
Lejos de las polémicas y las chicanas que podían convidar Ramón Díaz y Carlos Bianchi, en las previas y en los post Superclásicos, los flamantes entrenadores de River y Boca, Marcelo Gallardo y Rodolfo Arruabarrena, arrastran un perfil muy bajo ante su primera vez en la gran fiesta criolla del fútbol, sentados en el banco. Es que ambos saben, y muy bien, lo que es jugar el duelo más importante del país con la camiseta puesta. Y el domingo desde las 17.15 reeditarán un mano a mano que no se da en Núñez desde hace una década.
La última vez que chocaron dos entrenadores en un River-Boca en el Monumental que habían pasado como jugadores en el Súper, fue el recordado 2 a 0 para el local del Apertura 2004 que terminó con la renuncia de Miguel Brindisi. El DT Millonario era Leo Astrada. Los goles fueron de Nelson Cuevas y Gastón Fernández.
El Muñeco y el Vasco tienen muchas cosas en común a pesar de la rivalidad deportiva que los obligará a mirarse, al menos el domingo, con cierto recelo. Se recibieron de técnicos en 2009 en Vicente López y dirigieron a Nacional de Uruguay (Gallardo lo sacó campeón). Además, coincidieron en la Selección antes de enfrentarse cinco veces en el derbi más convocante del país.
Fue en 1991, cuando el equipo que dirigía Reinaldo Merlo finalizó tercero en el Mundial Sub 17 de Italia, además de haber compartido vestuarios con la Albiceleste en épocas de Passarella y Bielsa.
Cinco fueron los cruces en el clásico de los clásicos. El Vasco fue el más ganador con tres victorias, mientras que el Muñeco apenas ganó uno pero que está en la memoria de todos los riverplatenses: fue el 3 a 0 en La Bombonera en 1994 con un gol suyo, y otros de Enzo Francescoli y Ariel Ortega. Ese torneo, el Millo lo ganó invicto con el Tolo Gallego como DT.
El Vasco también tiene un recuerdo imborrable con la red: fue en el 3-2 del Apertura 1996.
Gallardo arrastra un historial mucho más amplio ante su clásico rival, pero con números rojos: disputó 16 Súper y solo ganó cuatro, perdió siete y empató seis. Arruabarrena jugó once con cinco triunfos, tres empates y tres derrotas.
El domingo la historia empieza de nuevo, desde otro lado. Los dos llegan a ocupar un lugar muy grande y han demostrado estar a la altura; Gallardo le devolvió a River un juego tan atractivo como efectivo que no se veía en Núñez desde hacía años. Además llega invicto con la punta del torneo asegurada pase lo que pase.
El Vasco, sin tanto ruido, comenzó a encarrilar el fracaso de la última etapa del Virrey y buscará su segundo triunfo consecutivo en la cancha de los primos, donde se quedó con el último duelo con gol de Gigliotti en el Inicial 2013.

En el lugar de los ídolos
Quizás, la curiosidad más interesante es que reemplazaron a los técnicos más trascendentes de la historia de cada club y hasta el momento han mejorado el pasado inmediato. El Muñeco agarró un equipo campeón que dejó el Pelado, pero que distaba mucho de la propuesta del ex enganche, que quiere devolverle al club una identidad acribillada en la última década.
Del otro lado, la historia es otra, el Vasco se subió a un barco que hacía agua por todos lados y una crisis interna importante que, entre otras cosas, llevó al alejamiento de Juan Román Riquelme.

Todo resuelto
Los dos entrenadores tienen definidos sus equipos. El local irá con Barovero; Mercado, Maidana, Ramiro Funes Mori y Vangioni; Carlos Sánchez, Ponzio y Rojas; Pisculichi; Mora y Teo Gutiérrez. El Vasco también repite: Orion; Marín, Echeverría, Magallán, Colazo; Gago, Erbes, Meli; Carrizo, Calleri y Andrés Chávez.

Mora: “Es una buena oportunidad para volver a marcarle goles”

Rodrigo Mora volvió renovado. Poco queda de aquel delantero que no convenció a Ramón y le hizo olvidar a los hinchas de River su buena presentación. Pero hay algo que siempre recuerdan el uruguayo y los simpatizantes millonarios: sus goles a Boca. El delantero le convirtió cinco entre torneos oficiales y amistosos y es el más experimentado en la red de los que saldrán a la cancha el domingo. “Marcarle a Boca fue algo muy lindo que viví, hice goles en el Torneo de Verano y uno por el campeonato. Ahora tengo una nueva oportunidad para tratar de marcarle y ganar el partido que sería muy importante para mantener la punta”, dijo en la previa. “Esta es una semana especial. El domingo va a ser algo lindo, muchas veces me tocó verlo desde afuera y ahí uno se da cuenta de las cosas a las que no le dio mucho valor”, aseveró. “Da mucha tranquilidad cómo está jugando el equipo. River tiene jerarquía. El domingo seguro va a ser una fiesta”, anticipó.

Tendrán la chance de contestarle a Crespi

Buenos Aires
El temor a un cruce entre los Borrachos del Tablón y la barra disidente no desapareció. Pero para alegría de los hinchas de River, el Súper se jugará a estadio completo, sin clausura de la Centenario alta. Y en el horario previsto, ya que se desestimó la chance de que se adelante una hora para darle más aire al viaje que por la noche harán Fernando Gago y Leonel Vangioni con la delegación del seleccionado argentino que jugará dos amistosos en territorio asiático.
Finalmente, no hubo sanción para el Millonario, después de los incidentes entre los barras en esa zona del estadio, en plena disputa por el poder, y aunque el Comité de Seguridad dispuso un operativo con 1.650 policías -1.200 federales y 450 de seguridad privada- que le costará un millón de pesos al local, su gente tendrá la chance de llenar la cancha para vivir el partido más importante del año. Y, de paso, contestarle a Juan Carlos Crespi.
El dirigente de Boca aprovechó ayer para chicanear al rival del domingo y dijo que “las tribunas del Monumental solo están completas cuando salen campeones, si no están vacías”. También habló de Teófilo Gutiérrez, quien cargó a los Xeneizes en la tapa del Olé con un cartel que recordaba el último Superclásico: “Teo una vez dijo que era de Boca, tiene una fábrica de camisetas en la casa”. Crespi recordó una entrevista en la que el colombiano dijo, antes de recalar en Núñez, que quería “jugar en Boca o en River”.
 

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