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“La Policía les da los detenidos a los jueces y la Justicia los excarcela”

El jefe de la Policía, comisario general Raúl Laserna, realizó un balance del primer año del Plan de Seguridad: menos delitos y más detenciones. Pero la sensación no cambió demasiado.

Por Mauro Villanueva

Neuquén > Para el jefe de la Policía, el Plan de Seguridad es un éxito. Con pros y contras, el comisario general Raúl Laserna lo defiende con uñas y dientes, y espera que su sucesor continúe en la misma línea. Lo justifica con las estadísticas del primer año, que reflejan una baja en la cantidad de delitos y un notable aumento en las detenciones.
Las excarcelaciones que da la Justicia y el nuevo papel de la Policía con la reforma del Código Procesal Penal son dos puntos calientes que “tienen que charlarse”, aclara.
En cuanto al futuro: policías más profesionales, más tecnología para enfrentar la delincuencia y coherencia entre sus sucesores.
 
¿Hubo algún cambio en el tipo de delito?
Entiendo que hay más violencia. Y lo digo a partir de qué idea: se hace un análisis invertido del hecho. Es decir, yo me encuentro con un homicidio y analizamos la razón del homicidio y decimos `no puede ser… ¿cómo en un cumpleaños, en una casa, gente que es amiga?` Bueno, aparece el tema del alcohol y de la droga, que son componentes extras y hay que contemplarlos.  
 
¿Desde la Policía se está abarcando esa problemática?
Nosotros, en lo que hace a consumo de alcohol, estamos colaborando con el Municipio, cuando ellos van a los kioscos o despensas que venden fuera de hora, participamos de los operativos a la salida de los boliches, se hacen multas muy fuertes por conducir en estado de ebriedad, identificamos a las barras de chicos cuando están en las plazas cada uno con su caja de vino. Es paliativo, pero la solución no pasa por la Policía, es más bien de índole municipal.
Igual nos interesa, porque creemos que lo que empieza con el consumo de alcohol puede terminar a la noche en una cuestión trágica. Los hechos lo demuestran.
Entonces en ese sentido sí, la violencia se manifiesta de esa manera.
Y el crecimiento de la ciudad. Ha llegado mucha gente esperanzada en conseguir trabajo en el petróleo y demás, y de la noche a la mañana se encuentra con que viven como pueden en una casilla y los menores de esas familias quedan excluidos del sistema… y eso los acerca al delito y los acerca a la droga… son dos cosas que van de la mano.
 
¿Las comisarías dan abasto con tantas detenciones?
Nosotros estos 1.800 detenidos se los dimos a los jueces. El tema es cuántos quedaron demorados. ¿Qué ocurre? La Justicia excarcela. La gran mayoría es excarcelada, aparentemente el juez no puede negar la excarcelación si el delito es excarcelable.
La gente se queja, porque agarraron a fulano al momento de cometer el delito y después… ¿cómo está afuera? Dicen: "Lo agarró la Policía, tiene pruebas… pero es un delito menor, y el juez los libera".
Como lo de los sospechosos de balear la casa del nene de 11 años, que no van a quedar detenidos… es casi extorsivo.
Dentro de la estadística también están los casos en que el detenido ni siquiera es excarcelado. Ni siquiera compareció ante el juez… la Policía lo demora y el juez ordena, telefónicamente que se le de la libertad. Se va antes el que cometió el delito que lo que tarda el oficial en terminar el expediente y llevárselo al juez.
 
¿Cuál es la falla? ¿Surge algo de la reforma del Código Procesal Penal?
Hay que tirar todo el tema, completo, arriba de la mesa y ver qué queremos como sociedad.
Nosotros de la reforma del Código no participamos. No nos han llamado.
De alguna manera se va a dar un cambio laboral en la Policía. Es un tema que en algún punto nos tendremos que sentar a tratar.
Este Código Procesal tiene que ver con condenas judiciales. La Policía tiene un alto índice de detención por ilícito en toda la provincia. O sea, cambiar el esquema investigativo de la Policía cuando funciona bien… habría que ver qué, y qué va a mejorar.  
 
¿Pero hubo algún llamado, alguna aproximación entre la Justicia y la Policía al respecto?
Ha habido conversaciones como que es un tema a tratar, pero todavía no hemos avanzado. Nos tendremos que juntar con el jefe de los fiscales, con algún representante del Tribunal Superior de Justicia, para ver cuál es la mirada de ellos y nosotros daremos la nuestra, con la estadística en la mano.
 
¿Cambió el “mapa del delito” con la llegada del Plan de Seguridad? ¿Cuáles son las zonas más críticas de la ciudad?
Las zonas son más o menos las mismas de siempre. Lo que ocurre es que ahora hay menos lucecitas porque hay menos delitos. Pero las zonas son el barrio Confluencia y el oeste de la ciudad, hacia el Noroeste, en jurisdicción de las Comisarías 16 y 18.
Son críticas porque está instalado todo un esquema que es difícil de desarmar. El patrón de conducta que hemos observado en estos temas es el siguiente: el hombre que vive del delito va buscando siempre la periferia. En su momento, estaban en el barrio San Lorenzo Centro, cuando se pobló llegaron los servicios y las instituciones, se fueron para el San Lorenzo Norte. Después más al Noroeste. Van buscando siempre la periferia, porque no llegan las comunicaciones, las instituciones… no hay servicios, y un poco que se maneja el código y el argot del delincuente. Va a tener chicos muy chicos a mano, va a imponer su código de “trabajo”, donde el silencio es esencial, va a ayudar a las familias del sector con ayudas en base a su actividad, como la distribución de droga por unos pocos pesos. Todo eso es más fácil lejos de la ciudad, pero no tan lejos como para quedar aislado. Ese cordón externo se va siempre nutriendo de esta gente.
 
¿Cómo se está trabajando con la problemática del barrio Confluencia?
En Confluencia hay dos o tres grandes familias que históricamente tienen problemas, son familias que están prontuariadas. Los Bin Laden por ejemplo, son chicos jóvenes y una de las chicas de la familia que ahora tiene 18 años cuenta con 25 hechos delictivos. Entre los cuatro hermanos suman 58 delitos. La sociedad ante 58 delitos contra la propiedad se enloquece, dice que esto es tierra de nadie. Bueno, estamos hablando de una familia.
Salvando las distancias, en Confluencia hay conflictos entre dos o tres grupos. Cada grupo conformado por dos familias. Todos tienen causas muy importantes, y aparece en escena el tema de las decisiones judiciales. Ejemplo: el último muerto en el sector es el mismo hombre que hace meses le gatilló a un policía a dos metros y que afortunadamente la bala no se disparó. Entonces: ¿por qué ese hombre que intentó matar a un policía estaba en libertad? Al parecer, no fue lo suficientemente grave como para que quede detenido o preso. Hay mucha detención y poca permanencia cumpliendo el castigo o la sanción que la ley le da. En Confluencia es un poco eso.
 
¿Cómo se soluciona el problema que plantea entre las detenciones y el accionar de la Justicia?
Yo soy optimista y parece que hay una figura especial que va a ir dentro del nuevo Código, que es la mediación penal. Me parece que es un remedio muy interesante. Vamos a lograr, primero, que las causas menores van a ser solucionadas en tiempo y forma, con eficiencia y eficacia. Y a su vez va a liberar al juez penal para que se encargue de lo difícil, de lo complicado, de lo grave. Eso le va a permitir distribuir mejor su tiempo, dedicarle más tiempo a las causas complicadas y en definitiva todo eso en beneficio de todo el sistema judicial. Me parece que va a ser un aporte muy importante el de la mediación.
Otro aporte que va a escapar de la figura del juez de Instrucción, que ahora va a ser juez de Garantías, es la posibilidad que graves delitos sean sentenciados o condenados o analizados por un juicio por jurado.
También aparecen las distintas posturas, que la sanción no corrige, que la sanción no sirve. Bueno, tendremos que mejorar el esquema de sanción, se mejorará la permanencia en las cárceles, para que tiendan realmente a la resocialización.
El problema es que mientras tanto no se le puede decir a la gente que fulano tiene 20 delitos y si lo mandamos a la cárcel, va a salir peor que antes.
 
Tiempo atrás, trascendió que muchos policías se estaban yendo de la fuerza por distintos descontentos. ¿Hay alguna explicación al respecto?
Me suena a que fue un armado que tuvo que ver con la campaña política. Es más, daban números, decían que se habían ido mil policías y me llamó la atención porque lo dijo un candidato y después lo dijo una comisión de suboficiales de la Policía, que manejo el mismo número, que es por demás exagerado y faltaba a la verdad. Objetivamente nada de eso es cierto.
Lo real del tema es que nosotros tenemos un aumento de unas 80 personas más que se van este año con relación a los años anteriores. En 2012 se fueron 250 personas, pero la gran mayoría se va porque cumple sus años de servicio. Y el argumento que dio esta comisión que quiere agremiar la Policía es que se retiraron los efectivos policiales porque no había ninguna motivación para seguir trabajando. Ahora, es una gran mentira.
El argumento era que se iban estos mil policías porque ya habían realizado toda su carrera y la institución no le brindaba algo extra que sea motivador para seguir trabajando... es raro. Por Ley está previsto, al policía se le imponen límites de edad para trabajar. Nadie que tenga todos los años de servicio se queda por deporte.
 
¿Cuánta gente falta para que la Policía opere como a usted le gustaría en base al Plan de Seguridad?
Yo creo que con 500 policías más andaríamos. Para cubrir bien toda la provincia.
 
¿De qué depende la llegada de estos 500 policías más?
Depende de que se vaya testeando quiénes se van para ir liberando vacantes de ingreso. Y que se vayan justificando los nuevos puestos de trabajo, porque ahora desde gobierno se implementó el nuevo esquema de control por puesto de trabajo. Tenemos que ir cubriendo los puestos de trabajo que cesan, pero además la dinámica laboral hace que aparezcan nuevos puestos de trabajo. Por ejemplo, ya se comienza con la instalación de las videocámaras… bueno, ahí tienen que entrar las personas que van a estar observando las pantallas para alertar los delitos. Esos puestos de trabajo hoy no existen, hay que crearlos.
 
La gente, pese a la estadística favorable, sigue con quejas hacia la Policía ¿Qué explicación le encuentra?  
Puede haber tres delitos por día que los que patalean… patalean.
 
¿Cuál es la meta del Plan de Seguridad?
La meta no es numeral, la meta es ser cada vez más eficiente, cada vez más profesionales. En el Plan se ve solo la operatividad, la consecuencia, pero estamos haciendo una inversión muy fuerte en educación, tenemos cinco escuelas. Los oficiales en vez de un año de curso ahora van a hacer dos, porque queremos que sean realmente profesionales. Tampoco podes poner a un loquito arriba de un móvil y arreglátelas. Tiene que ser un tipo muy capacitado y centrado.
 
¿Cómo está en ese sentido el equipamiento de la Policía?
Estamos muy bien en cuanto a comunicaciones, armas… todo policía que egresa se le da una pistola nueva. El mes pasado compramos 2.500 uniformes y el mes que viene quiero comprar 2 mil más. No quiero que sea un problema el tema ropa, como lo era antes.
 
¿Cómo está la situación en relación a los salarios en la Policía?
En sueldos estamos con la media de las policías de la región. Estamos como Río Negro, como Chubut. Estábamos un poco más abajo porque ellos no aportaban ganancias a partir de un decreto, pero ahora que subió el mínimo solamente quedamos 200 policías que pagamos impuesto a las ganancias.
 
¿Cuántos efectivos tiene la Policía?
Hay 5.960, casi 6 mil. Acá lo que hay que tener son objetivos, si no haces parches, y hace del parche su modo de trabajo. Entonces toda la política institucional que armas es a corto plazo. Los parches están y existen, pero no perdamos de vista lo importante, que es estratégico es a mediano plazo.
 
¿Cuál es ese objetivo?
Para mí, la visión que yo tengo de la Policía es una institución altamente calificada, profesional y reconocida socialmente. Es el objetivo al que yo aspiro y al que no voy a llegar seguramente, pero quien me remplace es bueno que tenga una posta y que tenga esa visión y la continúe.
 
¿Qué se tiene que mejorar?
Tenemos que meter más tecnología, en el interior. Cuando nosotros pongamos cámaras en todas las ciudades importantes de la provincia tenemos que ir por el botón antipánico, que en ciertas instituciones tiene que ser gratuito y al privado tiene que ser cobrado. No cobrado por empresas privadas que se hacen supermillonarios a costillas de que el móvil concurra cada vez que se acciona… que lo pueda hacer el Estado. El botón antipánico es extraordinario para el tema de la seguridad, para la violencia familiar, para cualquier hecho delictivo.  
Otro punto, cuando se supere el anterior, es que empecemos a poner videofilmaciones en los techos de los móviles. Porque yo cada procedimiento que haga lo quiero filmado, que el juez vea quién es el violento. No que se junten cuatro, coinciden declaración e incriminan a un policía y va para el juzgado.  
Es algo que está permitido, solo hay que hacer la inversión. Hoy la Policía solo le entrega al efectivo la pistola nada más… y muchas veces se ve superado y solo le queda utilizar el arma. Pensemos otras alternativas para que no haya tanta violencia y no dañe tanto a otro ser humano. Como en Estados Unidos, que usan las pistolas eléctricas que inmovilizan, el spray o cosas de esas. Aquí en el país están prohibidas, por ahora… pero a mí me parece que son una alternativa excelente. Porque vos podés participar o intervenir y en el 90% que hagas, con eso es suficiente… y no lastimaste a nadie, y nadie te lastimó a vos.
En algunas casas de caza y pesca venden el spray. Es una paradoja, un particular lo puede usar y la Policía, que tiene que garantizar tranquilidad y paz, no lo puede hacer.

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