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“Voy a ser el próximo gobernador de Neuquén”

El candidato a senador del MPN piensa más allá de las elecciones del domingo. Aseguró que su sector también competirá para quedarse con la conducción del partido. Fuertes críticas a Jorge Sapag.

Por Frascisco Carnese

Neuquén> Guillermo Pereyra va por todo, o por lo menos así lo hizo saber en una entrevista que concedió a este diario. Confía en un triunfo contundente el domingo que, de concretarse, lo llevará a ocupar una banca en el Senado de la Nación a partir de diciembre en representación del Movimiento Popular Neuquino (MPN). Pero sus objetivos centrales parecen ubicarse más adelante, en 2015, y por eso no duda en afirmar que se convertirá en gobernador de Neuquén. También deja en claro que la línea interna que encabeza irá por la conducción del partido provincial el año que viene, en un escenario en el que se podría enfrentar otra vez con el sector que lidera el gobernador Jorge Sapag.
Pereyra niega que las fuertes críticas que lanzó en los últimos meses hacia el Ejecutivo neuquino hayan estado vinculadas a cuestiones electorales y señala que ya las había formulado con anterioridad. “Lo que ocurre es que nunca salió a la superficie lo que yo discutí en su momento con el gobernador”, asegura.

¿Cómo analiza el desarrollo de esta campaña y qué expectativas tiene en cuanto al porcentaje de votos que sacará el MPN en las elecciones del domingo?
Seguimos igual que el primer día, hablando, recorriendo la provincia y dialogando con la gente, que está muy abandonada. En cuanto al resultado, creemos que vamos a ganar por 33 ó 34 puntos sobre el segundo, y lo decimos más allá de lo que dicen las encuestas. Lo sentimos en el contacto con la gente, en la calle, y porque se hizo un trabajo muy profundo. No hemos dejado lugar sin recorrer. Se dice que estoy ofertando puestos de trabajo, pero son maniobras de la oposición. No prometemos trabajo a la gente; estamos trabajando para que la gente tenga trabajo. Desde hace cinco meses hemos insertado en la actividad petrolera jóvenes de toda la provincia. A los que critican les preguntaría qué hicieron por la gente y si consiguieron algún puesto de trabajo.

¿Qué cree que se puede hacer desde el Senado de la Nación para la provincia?
Lo que necesitamos los neuquinos; hay que defender los intereses de la provincia. Arrodillados frente a Nación no nos fue nunca bien, ni en el gobierno de Menem ni en éste. Antes teníamos el 50% de coparticipación, ahora tenemos el 25%, y no podemos negociar si no cambia el mapa político en el Senado de la Nación. Los senadores del oficialismo caen en el embudo de su bloque y se olvidan de representar a las provincias por las que fueron elegidos. El MPN es un partido federal, y no va a caer en ese embudo porque tenemos un compromiso con la gente y con el pueblo. No vamos a recibir órdenes del Gobierno Nacional, no somos "anti" pero vamos a ser legisladores que defenderemos los intereses de Neuquén, esa es la clave. Tenemos proyectos, pero hay que trabajar fino en las negociaciones.

¿Cómo evalúa la gestión de los legisladores del MPN en el Congreso?
Ha sido buena, lo que pasa es que, por ejemplo, en el caso de (Horacio) Lores, no lo dejaron hacer. Por eso no hay que tener dependencia, hay que tener convicciones.

Más allá de ganar, usted es consciente de que un resultado contundente lo va a posicionar para 2015. ¿Piensa ya en ese escenario?
Pienso en una provincia productiva que no dependa de los recursos no renovables, en una industrialización; que el problema del desempleo es mundial, pero que hay que atacarlo con creatividad, con una decisión política muy fuerte. También pienso que la única forma es hacer algo parecido a lo que hizo San Luis, que atacó el desempleo con extenciones impositivas para la radicación de empresas. Acá hay que tentar a los inversores que tienen ganas de venir a Neuquén.

Ahora todo esto desde el Congreso Nacional será difícil de conseguir. ¿Lo está planteando desde un lugar de conducción de la provincia?
Sí, yo voy a ser el próximo gobernador de Neuquén.

¿Y en cuanto al MPN? Sapag dijo que el año que viene seguramente irá por la conducción del partido. ¿Usted?
Primero que yo no creo que Sapag vaya por el partido, porque no está apoyando a los candidatos del MPN. Quizá no será necesario que vaya yo, pero este espacio político que encabezo va a ir por la conducción del partido, sin duda.

¿Se viene un nuevo movimiento dentro del partido provincial?
Sí, y saldrá de los jóvenes que están participando en un 80% en este espacio. Hay que darles a conocer a ellos lo que es el MPN, hay que adoctrinarlos porque no tuvieron ningún tipo de formación política. Para ser el partido grande que soñamos hay que prepararlos, y es la gran tarea que tenemos los grandes. Esta conformación dentro del MPN llegó para quedarse.

¿Siente que se han limado algunas asperezas dentro del MPN, a partir de que varios dirigentes y sectores afines al Gobierno manifestaron el apoyo a su candidatura?
La relación es buena: no solo tenemos el apoyo de los legisladores, también el de todos los intendentes y los concejales. La mayoría está trabajando en la campaña; la gente no va a votar a otro partido. Unos trabajarán más o menos, pero están todos alineados, no me cabe la menor duda.
Sapag dijo que no va a empujar el carro, pero el carro lo está empujando la gente, no hace falta que un funcionario lo haga. Él, si se da un triunfo contundente, corre el riesgo de quedar solo.

Antes de la campaña de las PASO usted se mostraba alineado con el gobierno provincial ¿Qué cambió después para pasar a ser tan crítico de la gestión Sapag?
Yo siempre fui crítico en la intimidad, lo que ocurre es que nunca salió a la superficie lo que yo discutí en su momento con el Gobernador. El descuido de la gente, el abandono a la militancia que se fue a su casa y que nosotros fuimos a buscar, de todas esas cosas advertí yo. Esa gente se sentía defraudada. Esas fueron las diferencias que marcamos en relación a lo que era Felipe Sapag, que caminaba desde su casa -en la calle Belgrano- hasta Casa de Gobierno, y la gente lo esperaba y él la atendía.

¿No fue una estrategia electoral esta confrontación?
En absoluto, por eso estoy en otro espacio político, porque había profundas diferencias con Sapag. De lo contario me hubiera quedado acompañando a los candidatos que él designara, pero yo no puedo hacer eso si tengo profundas diferencias. Esto lo entendió la gente, lo entendió bien, y por eso el resultado que se dio. Después se produjo ese intento de fractura que no se logró.

¿Se refiere al llamado de Sapag a no apoyar su campaña?
Eso fue una orden de la Presidencia de la Nación. Si hasta el día que ganamos el Gobernador me llamó a la noche y me felicitó, lo mismo hizo Ana (Pechen). Después, cuando me recibe en el hangar del aeropuerto, todo estaba muy bien. Lo que yo le digo en ese momento es lo mismo que sostuve antes: que no íbamos a cambiar el discurso, tampoco a poner piedras en el camino en los dos años de gestión, pero sí a ser críticos cuando corresponda. Luego viaja a Buenos Aires, lo atiende la Presidenta diez minutos y todos sabemos que le dijo que había que liquidar a Pereyra porque era moyanista. Y yo en realidad soy un hombre del MPN y del movimiento obrero, nada más, puedo no tener diferencias con Moyano -porque soy amigo y un agradecido, porque me llevó a la cabeza de la conducción de la CGT-, pero no soy hombre de nadie. Yo tengo pensamiento propio y convicciones.

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