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La Mañana

El dilema del voto a los 16

Adolescentes neuquinos, legisladores y especialistas ofrecieron su mirada respecto al proyecto que discute el Senado y cuyos defensores promueven como una apertura de derechos.

Por Francisco Carnese

Una cuestión importante que subyace entre los jóvenes es si el voto será optativo, como plantea el proyecto oficial, u obligatorio.
 
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“Si nos dan el voto a los 16, también tendrían que darnos el derecho para conducir un auto, para tener un trabajo. Si somos grandes, somos grandes para todo”, advierte Camila. Ella tiene, justamente, 16 años, la edad que un proyecto de ley del Gobierno -que está en discusión en el Senado de la Nación- establece como piso para poder sufragar y que ya generó reacciones de diversos sectores, a favor y en contra, además de la presentación de iniciativas alternativas a la oficial.
Junto a Camila están Facundo y Julia, acaban de salir del colegio Santa Genoveva, hablan rápido, “a lo adolescente”, primero dudan en responder aunque después quedará en claro que tenían cosas para decir. Conocen de qué se trata la propuesta, la valoran pero también la critican. “Estaría bueno si se pudiera aplicar en las escuelas un proyecto que incluya más información sobre lo que se vota. Me interesa el futuro de la sociedad pero no sé si me pondría a buscar un partido político para saber lo que piensa o dice. A muchos chicos sí les interesa pero no creo que sean la mayoría”, apunta Facundo. “A esta edad no tenemos ideas políticas para saber quién nos tiene que gobernar. No estoy de acuerdo en votar ahora, además en la escuela no nos enseñan sobre los partidos y los gobernantes, falta instrucción cívica para que podamos saber a quién elegir”, agrega Camila, y Julia interrumpe: “Yo sí estoy de acuerdo en que votemos pero no tenemos idea de los proyectos ni las propuestas de los partidos, en las escuelas no nos enseñan esto. Estaría bueno que haya una materia dedicada a este tema”.
 
Obligatorio u optativo

Una cuestión importante que subyace entre los jóvenes es si el voto a partir de los 16 será optativo, como plantea el proyecto original, u obligatorio, propuesta sugerida, entre otros, por el senador del Frente para la Victoria (FpV) por Río Negro Miguel Ángel Pichetto.
“Para mí tendría que ser optativo porque si no aparecería mucho clientelismo y los chicos de nuestra edad se podrían ver influenciados por cosas que no son de lo mejor. Yo tengo mi ideología pero votaría en blanco porque no creo mucho en los políticos”, señala Elunei, mientras disfruta de una inmejorable tarde de sol en el boulevard de Avenida Argentina. Allí también están sus compañeras de curso del cuarto año del CPEM 46. Ante la consulta, una de ellas prefiere no responder pero en su lugar Vanina toma la posta. “En parte está bien y en parte no, hay gente de 16 años que es muy madura, que puede votar, que está al tanto de lo que es la política pero la mayoría no, son muy pocos. A mí no me parece bien el proyecto, yo soy de la mayoría que no le da bola a la política. Si tengo que ir a votar sí o sí me informaría pero si no es obligatorio no votaría”.
A pocos metros, despreocupado, pero sólo en apariencia, se encuentra Juan, sentado en un banco y a la espera de que un amigo llegue a su encuentro. Cuenta que vive en el oeste de la ciudad y que es militante de una organización social a la que prefiere no nombrar. Asegura que el proyecto del Gobierno de permitir el voto a los 16 lo entusiasma, no sólo por la posibilidad que tendrá de elegir por primera vez sino también porque lo ve como un derecho. “Mi opinión es el slogan que anduvo dando vuelta por las redes sociales respecto a los chicos de la Noche de los Lápices y que dice que eran maduros para desaparecer por sus ideas políticas y que ahora algunos dicen que no lo son para votar. Y ni siquiera tenían 16 años”, sostiene y resalta con énfasis: “Me pregunto si tener más de 18 años garantiza algo. Tenemos el derecho, como cualquier otra persona mayor, a elegir y a expresar nuestras ideas, eso es lo importante”.
 
Entusiasmo y dudas
A unas cuadras del centro neuquino, en la puerta de la escuela San Martín los chicos se quedan charlando después de clase. “A mí me gustaría votar pero no me siento preparado, si lo hago no sabría elegir porque no tengo información”, afirma Sebastián. Ezequiel coincide en que “estaría bueno votar” pero que tendría “dudas” al momento de optar por un partido político, mientras que Julián se entusiasma: “Estoy de acuerdo con el proyecto. Se pueden aprender cosas nuevas, no estoy muy informado pero lo haría para ir a votar, si me dan la oportunidad la voy a aprovechar”.
Federico, por su parte, es escéptico y crítico. “Nada que ver con eso de que voten los chicos, primero tienen que madurar, yo votaría a cualquiera si lo tengo que hacer, no me importa la política”, afirma.
El debate recién comienza y se acrecentará a medida que el tratamiento de este proyecto de ley avance en el Senado y luego sea analizado en la Cámara de Diputados.
De aprobarse, más allá de las distintas posturas sobre el tema, para estos jóvenes -en Neuquén se calculan en alrededor de 20 mil- será la oportunidad de participar de un acto que simboliza, con sus más y sus menos, la esencia de la democracia.

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