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“Los jóvenes son los que más acceden al mercado de capitales”

El corredor de bolsa Facundo Báncora contó a E&E cómo es el perfil de inversor en la región. Aseguró que con 15 mil pesos se puede entrar en el sistema. Defendió los cambios que se vendrán y dijo que los controles son necesarios para evitar especulaciones. Por R.A.

 Facundo Báncora es agente de bolsa. Instalado en Neuquén hace varios años con la firma SOLFIN, trabaja con carteras en Buenos Aires pero también tiene muchos clientes en la región. El especialista en temas bursátiles aseguró que los jóvenes son los que más se acercan al mercado de capitales. Dijo que se puede empezar una inversión con 15 mil pesos y argumentó que no todo el sector es especulativo.
En diálogo con E&E, se mostró a favor de la reforma del mercado que encarará el Gobierno y dio algunas pistas sobre los instrumentos más importantes.

¿Cómo ve hoy el mercado de capitales en Argentina?
Comparado con otros lugares del mundo, está mucho menos desarrollado. Menos de una persona cada 100 tiene cuenta en la Caja de Valores. Eso habla de la poca penetración que hay por parte de los inversores en general. En Brasil es dos de cada 10, en Estados Unidos es 4 y medio de cada 10. Es una cosa que se tiene que desarrollar porque da instrumentos de inversión distintos a los tradicionales, más todavía en la zona. Uno puede elegir distintos instrumentos con rentabilidades más interesantes que las que da un plazo fijo y tenés otras condiciones en cuanto a la liquidez: uno puede comprar y vender en el momento que quiere. Hoy existe un mercado muy transparente gracias a Internet, donde uno puede ver cotizaciones en línea.
La información es un capital en este ambiente.
Sí. Hoy, a diferencia de 15 años atrás, es mucho más accesible gracias a Internet. Sobran portales de información, foros para debatir.

¿Qué opina del estigma con el que carga el mercado de capitales, calificado a menudo de “timba financiera”?
Depende de cómo uno lo quiera tomar. Si se compran y se venden acciones en el corto plazo es una timba. Se conoce como “trading”, que es hacer una diferencia al corto plazo y a otra cosa. Nosotros apuntamos a inversiones de largo plazo y cuando compramos acciones de una compañía es porque las tenemos analizadas, tanto a las acciones como a la compañía, como al país. No estamos en la jugada de corto plazo. Uno analiza, mira, ve características. Obviamente, el contexto cambiante del país no nos ayuda mucho en las perspectivas de largo plazo, sobre todo en el mercado de acciones. Sí se pueden hacer estimaciones en el mercado de bonos, donde no hay incertidumbre tan grande.
A partir de la crisis de los subprime surgió una corriente muy crítica de la “financierización” de la economía y de cómo los mercados a futuro de los commodities agrarios afectaban, por ejemplo, el precio de los alimentos.
Eso tuvo un auge importante en 2008, donde todos los derivados financieros provocaban distorsiones en los precios reales. Ahora hay una regulación bastante más estricta desde la SEC (Security Exchange Comission), que regula el mercado de Estados Unidos. Antes, lo que se operaba en las mesas era ocho veces mayor al intercambio real de la materia prima. De repente eran 100 barriles de petróleo los que se negociaban y había 1.000 contratos dando vuelta sobre esos mismos 100. Lo mismo pasó con las carteras de las hipotecas. Hoy hay mucho más control, y estoy de acuerdo con eso. Una gran parte de los mercados financieros son especulativos.

¿La reforma que se está encarando en Argentina va a camino a crear un modelo como el de la SEC?
Creo que sí, va camino a tener un ente regulador que aglutine y unifique a todos los componentes del mercado local, que sería la Comisión Nacional de Valores (CNV). Acá está la Bolsa de Comercio, el Mercado Electrónico, el Rofex. Esto va a ayudar a unificar y hacer un mercado más grande con similares regulaciones y características. Obviamente va a depender de cómo esto se instrumente. Ojalá sea de forma correcta y esto no se utilice como instrumento de presión para empresas cotizantes ni intervinientes de mercado.

¿Esta reforma acercará al ahorrista promedio a los mercados de capitales?
El problema va más atrás. El 40% de la economía argentina es en negro. Cuando uno le pide balances trimestrales a las compañías para que coticen en bolsa muchas veces se escapan. Entonces creo que hay que empezar a sincerar la economía y llevarla a los caminos correctos o lógicos para que haya más inversores. Otra de las características de los últimos 10 años es que las empresas no están muy endeudadas con lo cual no tienen mucho que refinanciar, entonces no hay necesidad imperiosa de salir a buscar financiamiento. Pero hay que tener los puentes tendidos en caso de que se necesite.

¿Cómo es el perfil del neuquino que invierte en el mercado de capitales?
Hace 20 años que trabajo en esto. La experiencia que tengo es que la gente más grande, de más edad, es bastante reacia. Pero los jóvenes, sobre todo entre 30 y 40 años, son los que más acceden. Vienen con otra cabeza, con conocimiento de Internet, se predisponen de otra forma. La falta de alternativas de inversión –acá las clásicas son hacer un dúplex, comprar un terreno, dólares o abrir un plazo fijo- lleva a otras alternativas mejores. Para mí los bonos son instrumentos mejores que un plazo fijo y el cupón del PBI lo mismo.

¿Cuáles son los segmentos que más optan por estas inversiones? ¿Sólo la clase más acaudalada accede a la bolsa?
No necesariamente. Acá abrimos cuentas desde 15.000 pesos, que no es número muy alto. A partir de ahí se puede invertir. Antes había fantasmas de inversiones mínimas muy altas. Ahora estamos intentando tirar abajo esos mitos.

¿Cuánto tiempo hay que tener el dinero invertido para conseguir resultados?
Depende del instrumento. Este es un mercado para entrar y pensar en un horizonte de no menos de un año. Esto no quita que en 60 días o en 30 días si uno necesita la planta la pueda tener. Para que las inversiones maduren y para tratar de maximizar beneficios hablamos de un año como mínimo. Sería interesante que los clientes sean para toda la vida y siempre canalicen ahorros por esta vía.

El cupón atado al crecimiento sigue siendo la opción más elegida. ¿Cómo funciona?
Es un bono extraño, con características particulares. Lo que dicen las condiciones es que cada vez que el PBI crezca más del 3% se dispara un pago de dividendos. Y estos pagos son cada vez más grandes. Por ejemplo, el año pasado, el PBI argentino creció un 8,9% según  el INDEC –que es el encargado de medir para este producto–, y ese crecimiento dispara un pago para este año de 9,22 por cada cupón. Cada cupón vale hoy 14,50. Entonces uno puede comprar hoy un bono a ese valor, cobrar el dividendo y le queda por recuperar de costo 5,50. Y eso que queda por recuperar se va a transformar en algún momento en 24 pesos. Eso va a pasar en dos cuotas, de 12 pesos cada una, cuando Argentina supere el 3% de crecimiento.
Con respecto a este tema hay un debate ahora sobre el dinero asignado al pago del cupón en 2013.
Este año esta casi descartado que Argentina llegue al 3%. Todos creímos que después de llegar al 8% iba a haber un efecto arrastre. Pero el cepo al dólar, el paro a las importaciones, la estatización de YPF y otros temas provocaron que no se llegue. La expectativa para el año que viene, con elecciones, con Brasil recuperándose, y con una cosecha que –si no sigue lloviendo– podría ser récord junto a buenos precios, pueden hacer que se crezca por encima.

Pese al parate, el cupón sigue siendo una buena alternativa.
Es un negoción por más que no se pague el año que viene, ni el otro ni el otro. Poniendo un escenario muy malo por delante, sigue siendo un excelente producto, salvo que Argentina tenga cinco o seis años de recesión. Ahí deja de ser interesante. Pero ese sería un escenario catastrófico.

En cuanto a los bonos, ¿cuáles tienen mayor rendimiento?
Es un momento particular de los bonos por las bajas en las calificaciones y la sentencia de la Justicia de Estados Unidos por el tema de los holdouts. Los bonos en dólares rinden entre el 12 y el 13% anual. Los bonos en pesos rinden 9 puntos más CER y están los que ajustan por Badlar. Estamos hablando de entre 18 y 20%. En mi opinión es mejor que el plazo fijo, infinitamente mejor que el colchón, pero estamos arañando la inflación.
Ahora está de moda el mecanismo del dólar link.
Esto ata la evolución de los intereses de los pagos a la evolución del tipo de cambio real. Va a depender de la velocidad que el BCRA le imprima al tipo de cambio. Si hay una devaluación oficial importante, será un instrumento importante. Si pasa lo contrario, cambian las condiciones.

¿Se le complica a las empresas argentinas y al Estado salir a los mercados?
Sí, es muy difícil. A Argentina no le prestan ni al 12%. No tiene resuelto el tema de los holdouts y el Club de París.

¿Hay que pagar esas deudas?
Es un tema complicado. Hoy llegamos a una instancia donde no se sabe cómo se le va pagar a los tenedores por temor a que se embarguen esos fondos. Para Argentina es casi imposible financiarse en el exterior. Bolivia emitió deuda al 4%. Desde la crisis del 2008, el mundo está lleno de liquidez y Argentina no puede acceder por este tema. Se podrían financiar obras de infraestructura a tasas bajísimas como Bolivia. De la Rúa tenía una tasa del 8% en el 2000. Hoy es de 0,25, te tiran la plata por la cabeza.

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