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La Mañana

Procesaron por homicidio calificado al cabo Carrasco

La jueza Sonia Martín resolvió imputar al efectivo policial sospechado de asesinar a Nicolás Scorolli.

Cipolletti > El cabo Leonardo Carrasco fue procesado por “homicidio calificado”, carátula por la que podría ser condenado a prisión perpetua. La jueza de Instrucción Sonia Martín resolvió imputar al efectivo policial sospechado de asesinar a Nicolás Scorolli durante un procedimiento policial por el robo de un auto.
La medida ya fue apelada por Eves Tejeda, abogado del acusado, por lo que una cámara Criminal deberá confirmar el auto de procesamiento o revocar la medida.
Además, Martín dispuso la continuidad de la prisión preventiva debido a que “la gravedad de la pena me permite inferir que puede intentar fugarse de la zona”.
Tras dar por concluida la etapa de investigación, la magistrada destacó la labor de la “Policía de Río Negro, que comunicó el hecho inmediatamente al Tribunal y estuvo a disposición para todo lo que se le requirió.
Y gracias al trabajo del Gabinete de Criminalística se arribó a este resultado”. También agradeció la colaboración de la Policía de Neuquén, que cedió instalaciones para peritar el arma homicida, una itaka cargada con postas de goma.
 
El hecho
La muerte de Scorolli se produjo el 25 de diciembre, en horas de la madrugada, minutos después de que el adolescente, de 16 años, sustrajera un vehículo junto a otras cuatro personas. Un patrullero policial comenzó a seguir el Renault 12, color rojo, hasta que les dieron alcance a metros de la rotonda de rutas 22 y 151. Allí, los cuatro acompañantes de Scorolli descendieron y se dieron a la fuga a pie. Y Carrasco le habría disparado al menor, con numerosos ingresos a comisarías locales, mientras sus colegas corrían a los demás jóvenes.
Por los antecedentes del joven, un grupo de taxistas reclamó públicamente que Carrasco fuese liberado, desentendiéndose del trágico desenlace del operativo.
 
Fundamentos
Martín se refirió ayer a los fundamentos de su dura acusación. Explicó que consideró que se trató de un homicidio calificado “por haber ocurrido abusando de sus funciones un miembro de las fuerzas de seguridad, mediante el uso de arma de fuego”.
“A mi criterio el forcejeo no existió. El disparo ingresó en forma perpendicular, por lo que descartamos que el arma no estuviera puesta en posición de disparo”, dijo la jueza a cargo de las pesquisas.
Como fundamentos del procesamiento, a la prueba científica se sumaron ocho testimonios que señalaron a Carrasco como el autor del disparo.
En tanto, la jueza descartó la versión brindada por un testigo de identidad reservada que beneficiaba al cabo sospechado. El testigo afirmó que había presenciado el suceso y que vio un forcejeo entre víctima y victimario.
“Su testimonio no resulta creíble por cuestiones que desconocía respecto del episodio. Lo que alcanzó a ver es dudoso: desconocía el auto y el color en el que se movilizaba la víctima, pero daba precisiones de algo que a 40 metros, como dijo que estaba, no puede haber visto”, aseguró la jueza.
Según las pericias realizadas, “el disparo fue cuando Scorolli iba bajando del vehículo, así lo indica todo lo que se encontró en el lugar del hecho, porque dentro del auto había poco material como para pensar que fuese herido a bordo del vehículo”.
Una de las versiones en defensa de Carrasco sostenía que Scorolli, quien había robado un auto y escapado hasta la Ruta 151 y el puente ferrocarretero, portaba un arma blanca.
La jueza Martín también consideró que eso no fue así. “El arma blanca la tenía uno de los compañeros de Scorolli. Era un cuchillo de cocina, que no tenía mayor poder vulnerante”.
El joven “estaba desarmado y los dermotest (para detectar rastros de detonaciones) dieron negativo”, detalló.
Pese a su análisis del caso, evitó calificar el hecho como un caso de gatillo fácil.

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