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La Mañana

Clarosocuros de la industria del vino en 2011

El año que llega a su fin fue el último de un ciclo de crecimiento fácil. Al menos, eso piensa una mayoría importante de la industria.

Por JOAQUÍN HIDALGO

El futuro es prometedor, pero no está libre de las tormentas que se avistaron en 2011.
La vuelta a casa. 2011 significó el redespertar del interés en el mercado interno. La megadevaluación de 2002 le dio buen margen al vino para ingresar en mercados internacionales, de forma que muchas bodegas dejaron de jugar puertas adentro. El número cerró: Argentina pasó de exportar cien millones a casi mil millones de dólares en una década. Pero ahora las cuentas aprietan –erosionadas por la inflación y por un dólar planchado- y este año se notó el regreso de las marcas al mercado interno: Fuzión de Familia Zuccardi, Bodega Sophenia reapareció en la góndola, también Homage de Santa Ana y Bodega Benegas, entre otras. Esta tendencia se verá magnificada en 2012.
Con la botella en el techo. Uno de los constantes rumores de 2011 fueron las ventas de bodegas. Se habló de que prácticamente todas las de mediana escala estaban con una botella en el techo. Y en la segunda mitad del año circularon fuertes rumores –que las fuentes no desmienten, pero tampoco confirman- sobre ofertas de compra del porfolio de marcas de importantes bodegas familiares locales y otras de capitales franceses. Mientras la información circula a cuentagotas, los analistas del negocio afirman que esperable que en el mediano plazo se concreten pases de manos.
Una año nacional: el vino bebida nacional cumplió un año y como balance del nombramiento oficial habría que decir que al menos los hilos del orgullo se movieron. Lo que sí sucedió, en efecto, es que este año se publicó un trabajo comparativo de la economía del vino, realizado por Carlos Abihaggle y colaboradores en la Universidad Nacional de Cuyo, que demuestra con creces que una hectárea de vid le aporta 8 veces más a la economía que una de soja. Y que la actividad emplea a 113 mil personas por año. No está nada mal. Los interesados deben buscarlo con este nombre: “Impacto de la vitivinicultura en la economía argentina 2010”.
Big players Time. Mientras que la góndola se ralea de marcas chicas, la realidad del negocio es la concentración. La industria del vino se concentra cada vez más en pocos jugadores de peso, como El Grupo Peñaflor, las bodegas de Catena, Pernod Ricard y Diageo por mencionar algunas de las grandes empresas que crecen en forma consistente, mientras que el resto flota o agoniza. Empujadas por una estructura profesional, la escala es la ecuación que les permite ajustar costos en estos tiempos y se transforma en una herramienta clave. Para los expertos, estas bodegas seguirán ganando en 2012 y la concentración aumentará aún más.
Nuevos negocios del vino: este fue un año de prueba para muchos negocios que despuntaron entre 2010 y 2011. Emprendimientos inmobiliarios como Tupungato Winelands a fideicomisos de baja inversión como Finca Propia, encontraron en 2011 un escenario difícil pero rentable. En el caso del fideicomiso, cierran su primera etapa con 700 unidades vendidas y pronto arrancan con la segunda. Entre tanto, el agua se transformó en el límite de los proyectos.
En el pozo y con el agua al cuello: el recurso hídrico fue protagonista este año cuando, debido a la escasez, el Departamento General de Irrigación prohibió cualquier nueva perforación en el pedemonte mendocino. Con todo, hubieron empresas no productivas que consiguieron permisos –Santa María de los Andes, un country vitivinícola donde Tinelli tiene inversiones- y estalló la polémica que terminó con un jury de enjuiciamiento al director de Irrigación. El escándalo recién comienza.
La caída del “Cometa” Miller. Jay Miller era, en pocas palabras, el catador para el Cono Sur y España del Wine Advocate –uno de los medios estadounidenses más prestigiosos en cuanto a crítica de vinos se refiere-, hasta que dio un paso al costado hace pocas semanas. Según varias publicaciones que lo acusaron con un arsenal de pruebas, habría cobrado dinero por visitar y escribir sobre determinadas bodegas. Para que se entienda, era el responsable de puntuar los vinos argentinos y de recomendarlos en aquel mercado, algo que podría explicar también los altos puntajes que otorgaba, según trascendidos locales. Por lo pronto, su reemplazante será Neal Martin, de quien poco sabemos aunque algo ya se sospecha: sus puntajes serán más bajos, al menos al comienzo.

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