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Más de 15 mil personas festejaron anoche los 10 años de control obrero en la fábrica ex Zanon, donde entrada la madrugada Manu Chao hacía el cierre con un concierto potente y enérgico.

Neuquén > Lucha, compromiso, conciencia social y rock, mucho rock,  además del reiterado cántico de “aquí están, estos son los obreros sin patrón”,  fueron los ingredientes necesarios para desatar la gran fiesta del “Pueblo de Zanon”, que ayer  festejó sus 10 años de control obrero en el playón de la ahora Fasinpat (Fábrica sin patrones) con más de 15 mil personas que tuvieron una figura de lujo: Manu Chao. En en más de una hora y media, el cantante hizo saltar y delirar de alegría a todas las almas, que vivieron una jornada histórica que tuvo su trasmisión en vivo en el mundo de Internet, donde más de 15 países siguieron el acontecimiento. El evento se  pudo seguir también por diferentes radios locales y nacionales.
El amor entre el público argentino, a lo largo y ancho del país, y el cantante franco-español es desmedido, y por primera vez eso quedó registrado en esta ciudad. Ese pequeño hombre gigante dio todo y cumplió con su palabra, ya que en su primera visita en 2009 prometió que iba a volver con su música.
Potente y enérgico, Manu Chao se presentó cerca de la madrugada con sus fieles y leales compañeros de ruta. Así, los enormes Madjid Fahem (guitarra,) Phillippe “Garbancito” Teboul (batería) y Gambeat  (en bajo y programaciones) pusieron en marcha esa infernal maquinaria llena rock, ska, punk y la característica e infaltable rumba que distingue a la banda.
Tal como sucediera en su actuación de 2009 en el estadio Ruca Che –donde tiene el récord de público  al congregar unas 7 mil personas-, Manu Chao paseó a sus “compañeros” por diferentes estados de ánimo.
Con mucho sudor y un discurso filoso ante las injusticias que ocurren en el mundo y en las que una mayoría se ve reflejada, Manu Chao y los suyos cumplieron con su palabra. En una noche inolvidable se calzaron la camisa de gafa obrera para formar parte de esta gran patria que es y son los obreros de Fasinpat y en donde la juventud se hace carne en este sueño de unidad en el que muchos están despiertos y con el puño bien alto.
 
Abriendo el fuego
Si bien la apertura del festival tuvo su retraso, nada impidió su alegre desarrollo. Las puertas se abrieron recién a las 17. Media hora más tarde una parte de los obreros le daba la bienvenida a los primeros jóvenes en ingresar al playón. “Bienvenido a una nueva jornada de lucha. Viva la lucha de Zanon. Viva el control obrero”, fue el primero de los  mensajes, que luego se extenderían durante toda la tarde.
Siete Puntas, banda de ska y reggae con algún que otro sonido del altiplano, fue la primera en subir a escena con “Patagonia no problema”, canción que lleva el título de su primer disco. Mientras la gente no paraba de ingresar, a las 18.20 Cromosoma X decía presente. En representación de la parte obrera de la mujer, cumplieron con un show preciso y se trasformaron en ser la primera banda de mujeres que tocó, en estos diez años, en el escenario de Fasinpat.
Muy cerca de los Karamelos Santos y desde Mendoza, Oye Primate fue la tercera banda en pisar el escenario con su base reggae-ska fusionados con son cubano, rumba, cumbia, sin ejar de lado las marcadas raíces folklóricas argentinas. Amigo del alma, Ciro Pertusi, viejo hermano de la casa que anteriormente pasó con su ex banda Attaque 77, mostró que tiene cuerda para rato con su nuevo proyecto: Jauría. Afilado y contundente, el grupo superó sin escollo su primera actuación en la fábrica con invitados incluidos. Joxemi de Ska P y Micky –ambos del proyecto No Relax- se sumaron con “Donde las águilas se atreven”. El final, un clásico de Gilda: "No me arrepiento de este amor". 
Arbolito, uno  de los grupos que le supieron dar una vuelta de rosca al folklore, no defraudó y con un set de aires del altiplano más dosis rockera, la banda comenzó su show con un guiño a Sumo, mediante la versión de “El reggae de amor y paz”. Luego le siguieron “Baila, baila” y  “Niña mapuche”. Más tarde llegó “La tomada”, canción dedicada especialmente a los anfitriones que fue acompañada por imágenes de diferentes marchas. Para la gente ricotera, sobre el final "El pibe de los astilleros"  cayó como un regalo del cielo.
Bersuit, banda que en su larga historia ha sabido renovarse, no podía faltar en estos 10 años. Es que la banda que hace tiempo no tiene al Pelado Cordera en sus filas, fue una de las primeras en sumarse a la causa. Con Cabra (voz de Las Manos de Filippi) como invitado especial, dio un contundente show en el que no escatimaron a la hora de los clásicos. 
 
Salutaciones    
Más allá de lo musical, hay que resaltar las salutaciones que recibieron los obreros, las cuales llegaron desde Alemania, Francia, Italia, España, México y también de agrupaciones y sindicatos.
Entre las diferentes emociones que se vivieron ante los pedidos de justicia, entre ellos el recordatorio por  parte del padre de Otoño Uriarte (la joven oriunda de Fernández Oro asesinada hace seis años) y Lolín Rigoni e Inés Ragni (referentes de Madres de Plaza de Mayo filial Neuquén y Alto Valle), recibieron una ovación cuando se hicieron presentes ante una multitud que escuchó atentamente su mensaje. “Compañeros de Zanon. Son un ejemplo. Chicos, tomemos ese ejemplo porque han luchado por este lugar de trabajo. La unión hace la fuerza”, manifestó de forma emotiva Lolín Rigoni. Y agregó: “Está unión la tenemos que hacer jóvenes y adultos. Tenemos que entender que hay que estar unidos porque sino los gobernantes se aprovechan. Está es una emoción muy grande y mundial. Chicos, adelante,  con mucha fe y fuerza”, concluyó Rigoni en un día histórico e inolvidable donde el rock y la lucha se dieron la mano una vez más.

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